Nuestra visita a Soria tuvo un plus especial. La noche del 23 de febrero del 2023 cayó una intensa nevada y al día siguiente amaneció un precioso día blanco y soleado en el que descubrimos una Soria mágica y espectacular. La nieve cubría cada rincón, desde los tejados de las casas hasta las ramas de los árboles, pero lo más hermoso fue pasear por el sendero del río Duero a su paso por Soria, que se había convertido en una maravillosa extensión de reflejos y árboles vestidos de blanco puro. El paseo por la rivera del río nos pareció una experiencia de ensueño y majestuosa. Nuestros ojos presenciaban un espléndido manto blanco y un bello paisaje invernal del que «se enamoró mi cámara» al instante. Todos los espacios de la ciudad, que ya habíamos visitado el día anterior, nos parecían ahora doblemente bonitos al aparecer adornados con la nieve y la luz del precioso día.

Contemplamos la belleza del Parque Alameda de Cervantes nevado y las bonitas calles con nieve sobre sus fuentes, estatuas y tejados. Pasamos por la Plaza de la Tarta, la Plaza Mayor, el Palacio de los Condes de Gomara, la Concatedral de San Pedro, las esculturas de Leonor Izquierdo en la puerta de la Iglesia de Santa María la Mayor y la de Gustavo Adolfo Bécquer a los pies del Monte de Las Ánimas. A la vuelta de nuestra ruta por la rivera del río Duero, caminamos por el paseo de San Polo y nos paramos en el Monasterio de San Juan de Duero que estaba espectacular con sus arcos a cielo abierto nevados. Sin embargo, destaco dos magníficos momentos capturados con mi cámara, la ermita de San Saturio vestida de blando y los chopos nevados, ambos, reflejados en las aguas tranquilas y brillantes del Duero.

En definitiva, siempre recordaré con cariño este episodio invernal de la ciudad de Soria transformada, inesperadamente y durante una mañana, en un paraíso nevado, donde la belleza de la naturaleza se manifestaba aún más espectacular ante mi cámara.